Teorema de yo y Platero

La niña de chicle con doble de azúcar dedicó cien años de mi vida y todas las suyas a la poesía matemática, para demostrar tras un millón de fórmulas y otros tantos versos, todos en tu boca, que cuando se enumeran los elementos de un conjunto de vivos o muertos que integre al narrador, el burro es siempre el último si, y sólo si, no hay más miembros que un asno sin decimales, y un hombre entero.

Es el ‘Teorema de yo y Platero’.